ENTRECULTURAS trabaja junto al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) acompañando, sirviendo y defendiendo los derechos de los niños y niñas refugiados y desplazados forzosos en el mundo.
En situaciones de desplazamiento, además de ofrecerles ayuda humanitaria, es fundamental asegurar su acceso a la educación ya que constituye un medio indispensable de protección y de proyección de futuro para estos menores, ofreciéndoles:
Solo en el conflicto sirio, el JRS da cobertura a 498.000 personas refugiadas, trabajando en conjunto con las comunidades locales para ofrecerles alimentación, artículos de primera necesidad y salud, poniendo especial atención en la educación.
En Noland el trato a los alumnos y las alumnas fomenta la igualdad y el respeto mutuo sin distinción de género
Las niñas y adolescentes, se enfrentan a una mayor problemática en situaciones de refugio o desplazamiento solo por su género. Por ello, trabajamos siempre con una especial atención a ellas, creando las condiciones necesarias para que tengan las mismas oportunidades de acceder y permanecer en la escuela que los varones, y contribuir a su desarrollo personal y a la adquisición de habilidades que les permitan mejorar su calidad de vida.
Impulsamos procesos que favorecen la entrada de mujeres en el cuadro docente y elaboramos contenidos no sexistas
En Líbano ya hay más de 1.100.000 personas sirias refugiadas, de las que 400.000 son niños y niñas que se encuentran sin escolarizar. Ante esta grave situación trabajamos conjuntamente para que estos niños y niñas tengan acceso a la educación a través de un programa de aprendizaje acelerado (ALP). Este programa sigue el currículo libanés y tiene el objetivo de incrementar el ratio de escolarización de estos menores en el sistema público del Líbano. Incluye clases de lengua árabe, matemáticas y lengua extranjera, además de deporte, informática y educación para la paz.
En Líbano ya hay más de un millón cien mil personas sirias refugiadas, de las que 400.000 son niños y niñas que se encuentran sin escolarizar
En España, para dar respuesta a la afluencia de personas refugiadas que se está dando en Europa, Entreculturas, junto con las organizaciones del Sector Social de la Compañía de Jesús, está trabajando en un plan de acción conjunto para responder a esta crisis humanitaria, defender los derechos humanos de estas personas y continuar así con nuestro compromiso y colaboración que desde hace años llevamos a cabo con la realidad de las personas refugiadas. Este plan contempla la movilización ciudadana e incidencia política para rechazar el acuerdo recientemente adoptado entre la UE y Turquía, así como la acogida en España y el trabajo en terreno (origen y tránsito).
Nuestra respuesta se enmarcará en una acción estatal conjunta y contribuirá a la acción de las instituciones de Acción Social de la Iglesia en España (Cáritas Española, la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, Justicia y Paz y el Sector Social de la Compañía de Jesús) y la Coordinadora de ONG de Desarrollo en España (CONGDE).»
En África, aseguramos el acceso a una educación de calidad a miles de niños y niñas refugiados y desplazados en países como Malawi, Sudán del Sur, Sudán, Chad, Etiopía o Uganda.
En el caso de refugiados urbanos, como los que se encuentran en Kampala (Uganda), en su mayoría procedentes de la República Democrática del Congo (RDC), Ruanda, Burundi y Darfur, además de los problemas propios de ser refugiado o desplazado, se enfrentan al rechazo y la discriminación de la población local, lo que hace más apremiante si cabe, la necesidad de educación básica entre los más pequeños.
Para fomentar la integración de estos colectivos y las actitudes y prácticas no violentas, trabajamos también la educación informal a través de programas de recreo que incluyen deportes, arte dramático, teatro, música o pintura. Estas actividades son clave para la construcción de paz.
En el caso de países como R.D. Congo, un país marcado por los conflictos y las distintas guerras vividas desde su independencia, estos programas actúan como agente transformador de la realidad de los menores. En Sudán del Sur, nuestra acción se centra en los campos de refugiados y desplazados de Mabán, uno de los condados del estado del Alto Nilo, al noreste del país, colindante con Etiopía y Sudán. En esta zona confluyen tres poblaciones diferentes: más de 130.000 personas refugiadas sudanesas que se encuentran ahora atrapadas entre las dos guerras, más de 13.000 personas desplazadas internas sur sudanesas y la población local (60.000 personas aproximadamente). Nuestro trabajo consiste en acompañar a los más vulnerables, ofrecerles apoyo psicosocial y desarrollar iniciativas con las que ofrecerles acceso a la educación. Además, promovemos actividades lúdicas y espacios de relación en los que reflexionar acerca de lo que sucede e identificar maneras de contribuir a la construcción de la paz.
En conflictos como el colombiano, acompañamos y trabajamos con niños, niñas y adolescentes desplazados en riesgo de vinculación a dinámicas del conflicto armado para prevenir su reclutamiento como menores soldado. Para ello, llevamos a cabo el fortalecimiento sus capacidades para la construcción de proyectos de vida y formamos comunidades educativas que generen acciones concretas de corresponsabilidad social.
Actuamos también en España, donde, dentro de nuestra propuesta de Educación para la Ciudadanía Global, trabajamos con miles de jóvenes entre 12 y 18 años el desarrollo de valores y el aprendizaje emocional y social, acercándoles la realidad que viven otros menores y haciéndoles partícipes y actores del cambio para un mundo más justo y solidario.
Con tu ayuda llegaremos a más niños y niñas refugiados y desplazados, defendiendo su derecho a la educación, a la protección, a la infancia.
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Educación, violencia y conflictos armados
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Derechos de las personas refugiadas, desplazadas y migrantes